Entrevista: Hotel Posmoderno, creadores del Letring Catch

En Valencia hay un Hotel cuyas habitaciones están empapeladas en blanco y negro. Sus huéspedes, una sarta de personajes sin dueño ni sujeción a la lógica, proyectan en sus paredes locas ideas de suicidio o salvación, efímeros apuntes de lo etéreo o profundas hendiduras de realidad, historias inventadas o historias reinventadas cuyo espejo rompen de inmediato para no deberle nada a nada ni a nadie.

Es el Hotel Posmoderno, un espacio-tiempo gobernado por dos escritores presentables que se empeña en ofrecer experiencias literarias tan inéditas como irrepetibles: Alberto Torres y Maxi Villarroya. Ellos se encargan de que ambas cosas se cumplan a tabla raja.

Hablamos con Alberto en la recepción metafórica del Hotel:

¿Qué clase de Hotel es este?

«Hotel Postmoderno se definió desde el principio como una banda de escritura, pues éramos varios autores y nos interesaba el desenfado del rock y el punk más que la seriedad rancia que suele rodear al mundillo literario. Nos interesaba  la contaminación y la experimentación con nuevos formatos, que los de siempre dijeran que lo nuestro no era literatura. Ese era el reto, porque eso significaría que no hacíamos lo de siempre.»

Por el Hotel pasaron muchas personas, huéspedes de una ya larga lista de proyectos coordinados por los fundadores y colaboradores como el actor y presentador David Fajardo, que habitualmente presenta los concursos de escritura en directo.

Hotel Postmoderno se formó como una banda de escritura, pues nos interesaba el desenfado del rock y el punk.

El Hotel Posmoderno se edificó en 2008. Los cimientos, una novela colectiva basada en un blog: Hotel Postmoderno (Inéditor, 2008).

«En ese momento era novedoso utilizar el lenguaje y la estructura de los blogs. Ahora parece algo antiguo pero te juro que en ese momento poca gente lo había hecho», dice Alberto.

De hecho les dedicaron una página completa en El País, entre otros diarios, y fueron finalistas del Premio Azorín. El mismísimo Sánchez Dragó los tuvo en su gloria en el programa Negro sobre Blanco.

Suicídame: tres escritores improvisando a la vez

«Después comenzamos a alternar la escritura de novelas colectivas (De La Habana un barco, Lengua de Trapo, 2010) con la narración digital interactiva (Suicídame, 2010) y la escritura en directo

En 2011 empezaron a experimentar con la escritura en vivo con el proyecto digital Los 7 Vampiros (2011), donde participaron varios escritores españoles y argentinos como Alberto Olmos, Jordi Carrión, Juan Terranova. También lo llevaron al escenario con la performance creativa Suicídame, que se estrenó en el Festival Silencio (Lisboa, 2011). Suicídame era un concurso de literatura en vivo donde ‘el premio era la muerte’. Una serie de escritores debían competir escribiendo para lograr que los espectadores les ‘mataran’.

En 2015 montaron en el Festival Cabanyal Íntim (Valencia) otra salvajada literaria: Metamorfosis AZ. Durante 10 horas (y con la colaboración del público), 10 escritores por turnos y en ropa de trabajo convirtieron a AZNAR en PABLO IGLESIAS mediante un relato improvisado y proyectado en directo.

«Eso nos dio energías (y credibilidad) para crear el Letring Catch, un concepto de duelos de escritura que llevábamos tiempo intentando vender y que, por fin, La Fábrica de Hielo se atrevió a lanzar, con bastante éxito de público.

Ahora estáis organizando el concurso de escritura en vivo Letring Catch en Valencia y diversas ciudades. ¿Puedes describirnos un poco de qué va?

«Es el concepto clásico: combates artísticos con estética de lucha. Nada que no se haya visto, pero le hemos dado un ritmo de concurso televisivo, una estética teatral y proponemos pruebas literarias muy divertidas. Además, como el público elige los títulos de las improvisaciones y vota a sus favoritos, se implica más. En realidad, es una mezcla entre el teatro de improvisación y las jams de escritura.»

¿Quién puede participar? ¿Quién puede ser catcher?

Cualquier persona que quiera, aunque damos prioridad a los que tengan cierta trayectoria literaria. De hecho, organizamos también un concurso de microrrelatos en vivo (Relatos Exprés) donde vamos poniendo retos a contrarreloj y la gente que se presenta va escribiendo. No hay público, solo participantes. Un jurado, en directo, va corrigiendo y dando las puntuaciones de los mejores relatos (siempre con seudónimo) en cada fase. Es superdivertido y muy bonito ver a 30 o 40 personas juntas escribiendo. A los ganadores siempre se les invita a participar en el Letring Catch.

Es superdivertido y muy bonito
ver a 30 o 40 personas juntas escribiendo.

A Alberto y compañía les encantaría hacer un circuito nacional como ya lo tiene el teatro de improvisación o el poetry slam. Su sueño es que «hubiese equipos de diferentes ciudades y nos enfrentáramos cada año». Por ahora, salvo en Valencia y Barcelona, donde está Escritura en Vivo, no hay aun una tradición de equipos de escritura en directo y en cuando vamos fuera se forman solo para los eventos. Pero los encuentros inter-city tienen el propósito de cambiar eso.

Así se presentan los combatientes de Letring Catch

Nos habéis contado que las pruebas, que son siempre distintas, se inspiran en el teatro de impro. ¿Cuál es la prueba más loca que os habéis inventado?

«Cada vez cambian un poco, pero lo más divertido siempre es sacar a gente del público y, pidiéndoles un par de datos, crear una historia con ellos: cómo conoció a su pareja, una anécdota de su infancia… En breve vamos a probar otro formato donde a partir de fotos del público inventaremos sus biografías…»

¿Y la anécdota más demencial?

«La segunda vez que lo hicimos, dos escritores se pusieron muy borrachos. Teníamos barra libre y llevábamos desde las 16h montando cosas con cervecitas al lado. A las 21h que empezó casi no se tenían en pie y la cosa se fue de las manos. Fue horrible porque todo el mundo se dio cuenta y desde entonces controlamos la ingesta de alcohol entre los participantes…»

Quienes nos dedicamos a la improvisación literaria en directo tarde o temprano llegamos a hacernos una pregunta -o a que nos la formulen: ¿La escritura en vivo es Literatura?

«La improvisación literaria es tan literatura como la improvisación teatral es teatro. Una obra improvisada no suele tener gran calidad, sobre todo porque debes improvisar en pocos minutos con muchas reglas, pero lo que el público valora es que el escritor tenga el suficiente ingenio como para salir airoso del reto propuesto. Lo interesante es esa adrenalina  que se genera en ambos, escritor y público. Publicable, obviamente, no es.

Marcos Xalabarder e Ignasi Poveda, de Escritura en Vivo, participaron en una edición de Letring Catch

La gente se lo pasa muy bien. Todos nos dicen: pensaba que sería un rollo esto de ver gente escribiendo, pero es muy divertido… De hecho muchos repiten.»

La improvisación literaria es tan literatura como la improvisación teatral es teatro.

Solo en España, Hotel Posmoderno, junto a Escritura en Vivo y Lucha Libro (Canarias y Valladolid, por el momento) forma parte, sin todavía pretenderlo, del colectivo más grande de iniciativas de este tipo en el mundo. Un colectivo que «persigue que la gente se reúna con la excusa de la literatura» para leer y escribir.

¿Qué opinas de otras iniciativas similares en el país?

«Me encanta, claro. Es muy interesante ver cómo han ido creciendo iniciativas distintas en distintos lugares, todas alrededor del mismo concepto. La nuestra es probablemente la menos pura literariamente hablando, porque, aunque yo soy novelista, los juegos de escritura que proponemos beben mucho del teatro de improvisación. En Barcelona, por lo que sé, hacéis veladas sin tanto show y tanta presión para los autores (nota del entrevistador: vaya si sienten presión ;). La edición canaria de Lucha Libro está a mitad camino de ambas iniciativas. Mola ver cómo, por separado, hemos llegado a conceptos similares pero desarrollados de forma distinta. Molaría aprender unos de otros y crecer haciendo redes.

Mola ver cómo, por separado, hemos llegado a conceptos similares pero desarrollados de forma distinta. Molaría aprender unos de otros y crecer haciendo redes.

El Hotel Posmoderno sigue creciendo, extendiendo Letring Catch por donde la geografía les permite -les esperamos pronto en Barcelona- y sumando nuevos pisos a su ya esbelto edificio. Próxima planta: en abril estrenarán en Valencia un espectáculo Long Form, que es como se llama en impro a las historias que duran todo el espectáculo… entre muchos autores.