Consejos para escribir en vivo

La escritura en directo, frente a un público, tiene retos que van más allá de nuestra capacidad literaria. El hecho de enfrentarse a un directo, de tener que improvisar y de lidiar con nuestros propios temores y vergüenza constituyen elementos de presión que se añaden al típico miedo a la ‘página en blanco’.

Muchos de los escritores, consagrados o no, que han pasado por una Jam, han tenido que olvidar lo que sabían sobre escribir para encontrar una nueva manera, fluida y cabal, de crear sus historias. En realidad es un juego que plantea sus propias reglas: la limitación de tiempo, la imposibilidad de regresar atrás y corregir, la presión del propio juicio.

Amo la escritura en vivo porque te hace ‘sentir vivo’, porque cada vez que arrancas a escribir es un camino nuevo que no sabes dónde te llevará y porque te abre la puerta a una escritura más intuitiva y emocional. No se puede planificar. Si sales a escribir en vivo con una idea preconcebida o con una historia muy definida en tu mente, seguramente tropieces y te bloquees. Porque escribir en directo es fluir como en un río, y ‘be water my friend’.

jamdeescritura_barcelona2Aquí proponemos algunos consejos para todo aquél que quiera escribir en directo y sufra de temblores pre-literarios:

Déjate llevar: esta es la regla principal. Arrancarse y continuar pase lo que pase. Quizá al principio resulte igual de pesado que picar piedra, pero al final darás con el agua. Una de las cosas más hermosas de la escritura improvisada es fluir.

Música: tanto si cuentas con un músico que toque contigo, como si tiras de DJ o de Playlist, encontrarás en la música un amigo para crear ambiente o para guiar tu pluma. Especialmente ‘narrativas’ son las músicas de cine, pues están diseñadas para eso: para contar historias.

El número de palabras te da la estructura: a partir de una palabra puede levantarse una historia, si la tomas como la semilla de un árbol a desarrollar. A partir de dos, un conflicto, buscando la oposición y el contraste o la relación. Con tres tenemos inicio, nudo, desenlace.

Nunca mires atrás. Imagina que tu escritura es un río. No puede detenerse ni tampoco retroceder. Olvídate de las piedras, las faltas de ortografía y de lo que tenías pensado. Al principio tu río estará lleno de cantos y de barro, pero poco a poco se aclarará. Lo que escribiste ya fue, abraza el próximo párrafo, quizá la pepita de oro esté en la palabra final y todo lo anterior te haya servido para llegar allí.

No te juzgues. Uno de los dramas de los escritores es lidiar con sus egos. Si te juzgas a cada paso que das, si temes que te juzguen, simplemente no puedes avanzar. La escritura en vivo no es como la escritura en diferido. No será perfecta literariamente, o al menos no tendrá ese tipo de perfección formal. Pero está viva, y puedes dar con verdaderas perlas en el proceso. El público también lo vive así. El público escribe contigo, no te preocupes por él.

No temas la lentitud, pero tampoco la alimentes. En una sesión de escritura en directo el tiempo es limitado. El lector no va a estar una hora esperando a que se te ocurra la palabra mágica. Debes marchar, como un ejército que desciende la colina a la batalla. Intenta no preocuparte por el tiempo, la lentitud en la redacción no implica que el lector se aburra. Él también imagina y espera y crea. Pero, al mismo tiempo, tampoco te cuelgues. Recuerda que está ahí, entregándote su tiempo y su atención.